Por primera vez, el presente estudio sobre el trabajo de los principales agentes de la cooperación en Andalucía (las ONGD) se ha completado con información de un ámbito en el que otro de los actores más relevantes de esta política social, las universidades públicas, cuenta con un papel primordial: el voluntariado internacional. En esta primera ocasión han participado las universidades de Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva y Jaén.

Complementamos la geolocalización de los programas y personas que realizaron este voluntariado en 2023 con el análisis de algunos aspectos de su desarrollo, en paralelo al análisis realizado anteriormente con las ONGD.

Es habitual que la actividad de voluntariado internacional de las universidades se enmarque en sus planes propios de cooperación o como una actividad continuada de apoyo a la realización de esta actividad por parte de la comunidad universitaria, fundamentalmente el alumnado. En un buen número de ocasiones se inscribe en los proyectos de las ONGD andaluzas; también es de destacar que la actividad voluntaria puede ser cierre de una propuesta formativa de posgrado, como másteres o cursos de cooperación internacional y educación para el desarrollo.

Las cinco universidades participantes en el estudio respaldaron en 2023 la acción voluntaria de 49 personas en 13 países, a través de 26 programas. Obviamente, estas cifras son más amplias en el conjunto de las nueve universidades públicas andaluzas. Si nos detenemos a analizar la distribución por países, hubo presencia en seis africanos y en otros tantos de Sudamérica y América del Sur, en tanto que de Asia solo aparece Filipinas, con dos personas voluntarias. La mayor parte de quienes participaron en estos programas lo hicieron en Bolivia (11) y Guatemala (10).

En cuanto al periodo de realización de la actividad voluntaria, en el ámbito universitario no se han registrado ejemplos de voluntariado internacional de larga duración, como sí tienen algunas ONGD. El periodo más habitual de desarrollo, en más de la mitad de los proyectos, fue de uno a tres meses, lo que concuerda con la participación principal de alumnado universitario en sus meses de vacaciones. Un tercio de las propuestas fue aún menor, con un límite de un mes. No obstante, si tenemos en cuenta la vinculación a programas formativos, el contacto de las personas participantes con la cooperación internacional sí es, en muchas ocasiones, superior a un año.

Desde el punto de vista de la vinculación de los proyectos a los que se suman las personas voluntarias a los ODS, hay dos de ellos que destacan frente al resto. Se trata del ODS 1 (fin de la pobreza) y el ODS 10 (reducción de las desigualdades), que se asocian al 50% de las propuestas. En un alto número de los programas, 10, también se aborda la igualdad de género (ODS 5) y el acceso a la salud (ODS 3, en 9 programas). En el siguiente nivel, también se pueden resaltar las acciones del ámbito de la educación y la lucha contra el hambre (ODS 4 y 2). Los tres primeros objetivos estuvieron presentes en los programas de voluntariado de cuatro de las cinco universidades participantes.

Un aspecto de especial interés en el voluntariado internacional, por sus características de desplazamiento del lugar de residencia de las personas voluntarias, es la cobertura de servicios necesarios para el desarrollo de la experiencia. Los más comunes, que se ofrecen en prácticamente en la totalidad de los casos, son el vuelo, el seguro de viaje, el alojamiento, la manutención y una bolsa de ayuda mensual. Igualmente, en tres de cada cuatro programas, las personas voluntarias reciben formación previa por parte de las universidades y acompañamiento en el país de destino. Entendiendo el voluntariado internacional como parte de un proceso personal y comunitario, también es habitual que se ofrezcan programas de seguimiento posterior a la experiencia.